Aunque no acostumbramos a acudir a pedaladas, animados por Alfons y gracias a alguna alineación astral que desconocemos, al final nos reunimos en La Roca del Vallès seis valientes para afrontar la edición 2005 de la Prehistórica (Dami, Kiko, Alfons, Fran, Enric y Santi -quien escribe esto-).
Dami, Kiko, Fran y Enric, no tenían la inscripción hecha y madrugaron para llegar pronto. Alfons y yo ya la teníamos hecha y pagada y "sólo" teníamos que recoger el dorsal.
Dami, Kiko, Fran y Enric, no tenían la inscripción hecha y madrugaron para llegar pronto. Alfons y yo ya la teníamos hecha y pagada y "sólo" teníamos que recoger el dorsal.
El trámite de recoger el dorsal nos llevó más de 15 minutos pues había mucha gente para atender las inscripciones, donde ya no quedaba nadie y muy poca para atender las preinscripciones donde había una cola considerable.
Acabamos de poner el dorsal en el frontal de las bicis justo a las 9:30, hora en que debía empezar la pedalada. Nos dirigimos hacía la salida y había una cola enorme. Imposible llegar hasta donde estaban los otros 4 esperándonos.
Por aquellas cosas de la vida, tras sonar la traca y empezar la pedalada, resulta que quedamos al lado unos de otros y así pudimos ir un ratito juntos, justo hasta que empezaron las "ostialidades" y ya nos disolvimos como un azucarillo en un vaso de agua.
Fuimos tirando juntos Dami, Kiko y yo, pero no era el día de Dami. Llevaba unos días sin encontrarse bien y no encontró el ritmo de pedaleo durante toda la salida.
En las primeras subidas adelantamos a un montón de gente que llevábamos por delante y fuimos tirando más o menos fuerte hasta el primer avituallamiento, donde nos dan dos trocitos de naranja sin bajarnos de la bici y nos dicen que sigamos para delante y que no formemos tapón. Yo pensé que eso no era el avituallamiento y que después habría uno "como Dios manda", pero como dice aquél "¡¡va a ser que no!!".
Ya subiendo la zona de la Serra de Marina, seguimos adelantando a un montón de gente hasta que nos damos cuenta Kiko y yo de que Dami no venía. Aflojamos el ritmo y entonces empiezan a adelantarnos, pero seguía sin venir. Aflojamos todo lo que podemos pero no venía, así que al final de una subida durilla, al inicio de la zona de los senderos, decidimos pararnos y esperarlo. Al ratillo aparece con no muy buena cara. Nos cuenta que está chungo y allí mismo decidimos que en el desvío tomaremos la ruta corta.
Justo a partir de la zona de senderos, la ruta empieza a ser más bonita, con más sube/baja que hacen más llevaderos los kilómetros.
Se suponía que la ruta corta debía tener unos 25 kilómetros pero la verdad es que hasta el kilómetro 22 más o menos, no estaba el desvío entre las rutas corta y larga. Allí, como habíamos acordado, seguimos la ruta corta y empieza una bajada memorable por unos senderos y trialeras magníficos.
Seguimos bajando y sumando kilómetros, hasta que al final de una trialera se volvieron a juntar las dos rutas, justo antes de un tunel donde por la baja altura casi rompo el casco.
A partir de ahí 3 kilómetros a meta, aunque en realidad son algunos más, pero ya todo es llano con alguna trampa de barro que siempre provocan alguna situación cómica.
Los máquinas que venían de hacer la larga, pasan como cohetes a reacción y aunque tengo fuerzas y me dan ganas de coger la rueda y tirar a ver hasta donde aguanto, decido esperar que para eso hemos venido en grupo todo el camino y que no hemos venido a ganar ningún premio.
Finalmente nos acercamos a la meta. La gente que hay por la calle nos aplaude, ¡Qué emoción!, y llegamos a la meta donde nos toman el tiempo (2:16:00 para las posiciones 115, 116 y 117 de la ruta corta). Miramos los cuentakilómetros y llegamos a la conclusión de que hemos hecho más de 31 kilómetros, así que de los 25 previstos por la organización nada de nada.
Lavamos las bicis, nos bebemos unos vasitos de bebida isotónica gentileza de Nutrisport, nos zampamos las butifarras, cortaditos reglamentarios y a esperar la llegada del resto.
Fran y Enric hicieron la corta pero encontraron muchísimas retenciones -la hora punta es lo que tiene- llegando sobre el puesto 800 con un tiempo de unas 3:30:00.
Alfons hizo la ruta larga acompañado de un amiguete que encontró, con muchas retenciones también, llegando en el puesto 670 con 4:15:00.
Por aquellas cosas de la vida, tras sonar la traca y empezar la pedalada, resulta que quedamos al lado unos de otros y así pudimos ir un ratito juntos, justo hasta que empezaron las "ostialidades" y ya nos disolvimos como un azucarillo en un vaso de agua.
Fuimos tirando juntos Dami, Kiko y yo, pero no era el día de Dami. Llevaba unos días sin encontrarse bien y no encontró el ritmo de pedaleo durante toda la salida.
En las primeras subidas adelantamos a un montón de gente que llevábamos por delante y fuimos tirando más o menos fuerte hasta el primer avituallamiento, donde nos dan dos trocitos de naranja sin bajarnos de la bici y nos dicen que sigamos para delante y que no formemos tapón. Yo pensé que eso no era el avituallamiento y que después habría uno "como Dios manda", pero como dice aquél "¡¡va a ser que no!!".
Ya subiendo la zona de la Serra de Marina, seguimos adelantando a un montón de gente hasta que nos damos cuenta Kiko y yo de que Dami no venía. Aflojamos el ritmo y entonces empiezan a adelantarnos, pero seguía sin venir. Aflojamos todo lo que podemos pero no venía, así que al final de una subida durilla, al inicio de la zona de los senderos, decidimos pararnos y esperarlo. Al ratillo aparece con no muy buena cara. Nos cuenta que está chungo y allí mismo decidimos que en el desvío tomaremos la ruta corta.
Justo a partir de la zona de senderos, la ruta empieza a ser más bonita, con más sube/baja que hacen más llevaderos los kilómetros.
Se suponía que la ruta corta debía tener unos 25 kilómetros pero la verdad es que hasta el kilómetro 22 más o menos, no estaba el desvío entre las rutas corta y larga. Allí, como habíamos acordado, seguimos la ruta corta y empieza una bajada memorable por unos senderos y trialeras magníficos.
Seguimos bajando y sumando kilómetros, hasta que al final de una trialera se volvieron a juntar las dos rutas, justo antes de un tunel donde por la baja altura casi rompo el casco.
A partir de ahí 3 kilómetros a meta, aunque en realidad son algunos más, pero ya todo es llano con alguna trampa de barro que siempre provocan alguna situación cómica.
Los máquinas que venían de hacer la larga, pasan como cohetes a reacción y aunque tengo fuerzas y me dan ganas de coger la rueda y tirar a ver hasta donde aguanto, decido esperar que para eso hemos venido en grupo todo el camino y que no hemos venido a ganar ningún premio.
Finalmente nos acercamos a la meta. La gente que hay por la calle nos aplaude, ¡Qué emoción!, y llegamos a la meta donde nos toman el tiempo (2:16:00 para las posiciones 115, 116 y 117 de la ruta corta). Miramos los cuentakilómetros y llegamos a la conclusión de que hemos hecho más de 31 kilómetros, así que de los 25 previstos por la organización nada de nada.
Lavamos las bicis, nos bebemos unos vasitos de bebida isotónica gentileza de Nutrisport, nos zampamos las butifarras, cortaditos reglamentarios y a esperar la llegada del resto.
Fran y Enric hicieron la corta pero encontraron muchísimas retenciones -la hora punta es lo que tiene- llegando sobre el puesto 800 con un tiempo de unas 3:30:00.
Alfons hizo la ruta larga acompañado de un amiguete que encontró, con muchas retenciones también, llegando en el puesto 670 con 4:15:00.
Conclusiones: Dami, Kiko y yo hicimos un puesto más que decente para lo tranquilos que hicimos la pedalada. Fran, Enric y Alfons sufrieron más de lo necesario para llegar a meta debido a los más de 2200 participantes que provocaron aglomeraciones en los lugares más estrechos del recorrido. Seguimos pensando que las pedaladas son una pérdida de tiempo considerable que requieren madrugar mucho, desplazarte y luego para aguantar aglomeraciones.
Los avituallamientos merecen comentario aparte: los que hicimos la ruta corta -que recuerdo fueron más de 30 kilómetros- sólo tuvimos uno donde nos dieron trozos de naranja y no nos dejaron ni parar. Suerte que llevé el Camelbak y no me faltó agua, pero eso estuvo fatal.
El resto de la organización bastante bien, con presencia en los lugares más peligrosos o conflictivos que siempre tranquiliza.
Dami y Kiko tras recoger la bolsa que regalaban
Kiko, Dami y Santi después de la butifarra y tomando el cortadito.
Había unas buenas butifarras esperando a los hambrientos bikers
Vista parcial de la gente que poco a poco iba llegando al recinto
Fran a la llegada. Todavía le quedaban fuerzas para sonreir.